Son muchos los días que vemos a gente en el metro o en salas
de espera leyendo en dispositivos electrónicos que se han hecho llamar lectores
de libros electrónicos. Estos lectores permiten leer como si de un libro se
tratara, es decir, sus pantallas están preparadas para no hacer daño a la
vista.
Como con todo, son muchas las personas que, a mi alrededor,
al ver estos dispositivos se han acercado a una tienda a preguntar por ellos.
El problema, que ante el desconocimiento que existe ante un producto nuevo ni
el que compra ni el que vende conoce bien las características y el comprador
acaba yéndose a casa con una tablet de pantalla más grande que el lector de
libros electrónico y mucho más barato. El problema es que la pantalla de estas
tablets son de LCD, por lo que leer en
ellas perjudica la vista igual que si leyéramos en la pantalla de nuestro
ordenador.
El lector de libros electrónico es tan caro precisamente por
el tipo de pantalla que tiene, de la denominada tinta electrónica. Al ser igual
que un libro, necesitamos luz para poder leer. Además, por mucho tiempo que el
aparato esté encendido no gasta batería, pues sólo lo hace al distribuir la
tinta electrónica, es decir, al pasar de página. Por eso al ver las
características de este dispositivo siempre aparecerá el número de pases de
página que perite la batería.
Cada dispositivo sirve para una función diferente. El lector
sólo se utiliza para leer y, en algunos, escuchar música y ver fotografías en
blanco y negro. La tablet, por el contrario, nos servirá para ver películas y
conectarnos a Internet, es decir, lo que hacemos con un ordenador, pero de
bolsillo.
Considero un problema el gran número de personas que se
compran una tablet para leer. Hace dos años en Internet sólo aparecían lectores
de libros electrónicos para este uso, pero desde la aparición del IPad y su sección IBooks parece que ya da lo mismo, que como Apple ha traído un dispositivo con el que dicen que se puede leer,
vamos todos a leer de él. No se confundan, leer en el IPad cansa la vista y su uso prolongado para este fin puede
acarrear problemas en los ojos. La única manera digital que existe para leer
sin problemas es el lector de libros electrónicos, que cuesta más que una
tablet al uso, sí, pero que no cuesta ni mucho menos más que el IPad.
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